¿Cuándo aprendemos a creer en nosotros?
Desde el primer momento que estamos en contacto con el mundo
externo, fuera del útero de nuestra madre, desde ese mismo instante en que
nacemos comienza esa necesidad imperiosa de nosotros por “aprender” porque es
la única vía para poder sobrevivir y adaptarnos al entorno que nos rodea. Del
mismo modo el mundo nos sofoca de enseñanzas y cosas para aprender; en primer
momento aprendemos a reconocer a nuestra mamá, luego quien es papá, a reconocer
a nuestra familia, logramos gatear, caminar y luego correr, posteriormente
vienen las primeras palabras y así llegamos al colegio en donde hay un sin fin
de información, que el mundo considera importante y que debemos conocer.
Así transcurre nuestra vida, jamás dejamos de aprender, y a
medida que vamos creciendo todos estos aprendizajes se vuelven cada vez más
complejos ya no es cuestión de saber cuál es la derecha o de cuál es la izquierda,
sino de saber en qué creer, en cómo actuar y como tomar decisiones importantes.
Toda la vida se basa en un constante aprendizaje y es aquí donde yo en lo
personal me he preguntado ¿En qué momento nos enseñan o aprendemos a creer en
nosotros? ¿Quien? ¿Cómo? ¿Cuándo? Y ¿Dónde?
Para ser sincera no recuerdo que en mi colegio me hayan dado
una clase de eso, así que en definitiva el aprender a creer en ti es algo que te
lo da la escuela de la vida… pero no es así tan fácil.
En teoría las primeras personas en trasmitirnos el mensaje
de que debemos creer en nosotros son nuestros padres; cuando somos pequeños
ellos son los encargados de hacernos sentir que aunque seamos niños podemos
vencer obstáculos de acuerdo a las capacidades de la niñez; son esos primeros
retos que vencemos en la infancia que nos ayudan a ir instaurando en nosotros
la confianza en si mismo.
Desde mi concepción personal intento en lo posible abordar
cualquier perspectiva o tema en particular desde la responsabilidad que tenemos
como adultos de tomar nuestras propias decisiones y no escudarnos en las que
toman otros con respecto a nuestra vida. Así que el APRENDER A CREER EN
NOSOTROS es solo NUESTRA responsabilidad.
Una responsabilidad que asumimos el día que lo decidimos y
que como todo aprendizaje requiere de estudio, práctica y constancia para que
sea un aprendizaje permanente en nosotros y no solo algo pasajero.
Cuando hablo de estudio me refiero al autoconocimiento, a
observarnos detalladamente y conocernos. Hagamos una pausa aquí e intentemos
hacer un ejercicio que quizás nos ayude a demostrar que eso de “conocerse así
mismo” muchas veces resulta más complicado de lo que se cree y es algo que muchas veces no tomamos en cuenta
Ejercicio: Agarra una hoja divídela en dos mitades, en una de ellas escribe 3 aspectos de ti que te gusten y que consideres como cualidades o aspectos positivos y en la otra mitad escribe 3 que características que poco te agraden y que veas como debilidades o aspectos negativos en ti. Luego, a cada uno le vas a colocar el porqué lo consideras así.
Saber de nosotros es un elemento importante al estimular la
confianza en sí, porque ¿si no conozco cómo creo? Aquí usamos el creer
fundamentado, es decir, necesito saber cuales son mis potencialidades, eso en
lo que me considero bueno, mis intereses, lo que no me gusta, mis dificultades
y limitaciones, porque ese me permitirá tener una visión real de quien soy que
me permitirá desarrollar a su vez esa capacidad de creer en mí.
Seguidamente tenemos el practicar, que nos hace referencia
al demostrar, al darle fuerza a nuestras cualidades y convertir en fortalezas o
potenciar todo eso que son mis debilidades. Esto nos permitirá tomar
riesgos, emprender nuevos retos y salir de esa zona de confort, para lo cual es
sumamente necesario “confiar en nosotros”
Por ultimo mencionamos la constancia en donde no nos queda más
que creer, creer y creer en nosotros y en cada una de las cosas que nos
propongamos.
Gracias por llegar hasta acá y leer el post.
Si lograste hacer el ejercicio y te gustaría compartirlo,
puedes dejar un comentario.
Nos leemos luego.
PD: Si logras creer
en ti, podrás hacer que cualquier otra persona lo haga.
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