REINA GLOBAL

MARIA CORINA MUSKUS

Mi reina de esta semana es una mujer que plantó una semilla de sororidad que ha llegado a diferentes ciudades del mundo con Venezolanas Globales

Una mujer que un día se colocó esos lentes morados y decidió trabajar en pro de construir un mundo más igualitario y deconstruir un monto de reglas que solo limitan nuestro disfrute y libertad del ser mujer en nuestra singularidad

A Maco, le gusta mucho leer, conocer esos rincones del mundo que nadie pensaría que existen y le da amor a patilla, una perrita que fue amor a primera paseada.

Espero que disfruten de esta entrevista tanto como yo y que puedan obtener de cada palabra un aprendizaje, porque María Corina es una de esas mujeres que escuchas hablar y te da una nueva mirada hacia el mundo 

En una entrevista para feminismoINC comentaste que la idea de crear Venezolanas Globales nació de esta necesidad como mujer migrante de poder conectar con otras mujeres en la ciudad a donde ibas a ir ¿Cómo ha sido este proceso de crear la red, dirigirla y ver cómo crece?

Venezolanas Globales tiene un componente inspirador qué es una red que se llama ATLAS, una red de mujeres que trabajan en derecho internacional de los derechos humanos. Allí pude conectar con mujeres en mi área cuando migré en 2015. Hicimos un encuentro de mujeres ATLAS en Washington DC y participamos y nos apoyamos en unos procesos ante las Naciones Unidas.

Yo dije: ¡qué maravilloso, qué bonito apoyarnos y ayudarnos! Ya yo venía en mi transición de feminista enclosetada, yo no sabía que era feminista, pero siempre fui solo no declarada. Me convertí en feminista fuera de Venezuela y lamento mucho no haber tenido ese contacto dentro de Venezuela. Sabemos que en Venezuela hay una cultura de sexualización de los cuerpos y la idea de la mujer perfecta.

Una vez declarada feminista, yo tenía mi plan de venirme a México y en México no conocía a casi nadie, a diferencia de Washington, donde yo tenía un grupo de venezolanas súper chéveres y ahora ¿Cómo iba a hacer para seguir en contacto con un grupo de mujeres venezolanas? y bueno aquí además inspirada en ATLAS, nace Venezolanas Globales junto a Yenni Peña quien también estuvo en su momento como co- fundadora

La verdad es que sí ha sido un auge y una transformación que yo no me lo esperaba. A mí me parece espectacular, por lo menos ahorita te comento lo que me acaba de pasar. Escribió una venezolana en el chat de embajadoras, donde nos reunimos todas esas mujeres de millones de lugares del mundo, contándonos que se sentía mal entonces yo le escribí al privado para ver como estaba. Luego me comento: así como tú muchas de las embajadoras me escribieron y ¡qué bello estar en comunidad! A mí me da un enorme placer saber que ellas se siguen conectando, yo como que sembré la semilla, pero ya de allí ha sido una explosión maravillosa ver cómo ellas se van conectando, es un efecto replicador y creo que es importante resaltar que es orgánica esa conexión entre mujeres.Nace desde la buena fe y la sororidad real. Hemos visto cosas maravillosas como mujeres que se han contratado, la participación en los eventos ha sido muy exitosa, participamos, estamos allí activas y se vive de verdad la sororidad. Si algo le tengo que agradecer a la cuarentena es que esta conexión se transformó a una más real,  porque las barreras que teníamos antes, por ejemplo el encuentro era en Londres era en Londres, el encuentro en Buenos Aires era en Buenos Aires y ahora podemos participar todas en los encuentros que se hacen en otras ciudades y podemos conocernos entre todas independientemente del lugar donde nos encontramos. No hay fronteras.

En los diferentes trabajos que has realizado, ¿Cuáles han sido los aprendizajes que has tenido de trabajar rodeada de mujeres? Tomando en cuenta que eres una voz de situaciones complejas que atraviesan muchas mujeres en su diversidad


Hay una palabra que a mí me gusta, que la dicen en inglés que se llama compartmentalize, significa compartir en cajitas o categorías. Entonces, si yo estoy en la oficina y estoy 100% en la oficina, estoy contigo y estoy 100% contigo, pero salgo, llego a la casa y me olvido. Yo estoy trabajando en temas de mujeres privadas de libertad estoy 100%, lo que no hago y cometí el error de hacerlo, es que hay que distanciar entre tu trabajo y tus actividades extracurriculares, entonces yo estudiaba mujeres en detención y veía series de mujeres privadas de libertad y hasta soñaba que yo estaba privada de libertad y me di cuenta de que no era una buena labor de autocuidado. En ese sentido yo separo, o intento separar en cajitas, cada vez se me hace un poco más difícil. Pero digamos: hoy dedico unas horas a Venezolanas Globales, esa necesidad de separarse y de estar profundamente conectada estar al 100% cuando me salgo, me salgo. Esa es la capacidad de separar en cajitas, cuando estoy con mi familia o actividades fuera de la casa, con la pandemia se ha hecho más difícil porque estamos todos haciendo todo al mismo tiempo.


Sobre los aprendizajes, en la universidad yo tenía este mito de que a mí me encantaba trabajar con hombres, yo era tipo: “él me comprende, él no me tiene envidia”, era lo que decía “ese chamo no me tiene envidia” y obviamente no me tenía envidia porque yo para él no representaba ningún tipo de amenazas en el sector profesional, no lo soy, soy una mujer. Entonces era como: “¡Ay no! A mí me encanta trabajar con hombres son menos enrollados”. Pero luego, cuando empecé a trabajar no sólo temas de mujeres sino que empecé a vincularme con mujeres y aprendí a desmitificar esto, que venimos muy marcadas con los estereotipos de que a veces nos hacen decir: “una jefa mujer, que fastidio una jefa mujer” o te hablan de una compañera mujer y te dicen: “pendiente qué te va a quitar el trabajo”. La ves como enemiga y es algo que ha sido replicado, y Susana Reina lo dice muy bien: ha sido una estrategia del patriarcado para hacernos rechazar las comunidades de mujeres.



Para mí el aprendizaje mayor ha sido eso, que me encanta trabajar con mujeres, no sólo para las mujeres sino con las mujeres. He aprendido además que dentro de la diversidad también está la fuerza, necesitamos de esa mujer que no piensa igual que tú, que no sea igual que tú y te rete. He aprendido que eso es muy importante y lo he aprendido mucho con Venezolanas Globales, donde hay una diversidad de mujeres desde la economista, la abogada, la comunicadora y toda esa diversidad lo que hace es aportar muchísimo, tenemos visiones distintas y eso a mí me añade mucho, me encanta esa diversidad. Escuchar a gente que piensa distinto a ti, qué es diferente a ti y puede también aportar, ése ha sido el aprendizaje, de eliminar esa idea de mujeres como enemigas y la importancia de la diversidad

Todas tenemos un proceso singular con el feminismo, que de una u otra manera toca esa historia de vida, de cada una. En tu historia ¿Qué hechos crees que influyeron en asumirte como feminista y hacerlo parte quién eres?


Yo tengo un hermano que tiene un año más que yo, aunque no era tanta la diferencia de edad, yo veía en casa que si había diferencias, que también son producto de la realidad. Por ejemplo: mi mamá me decía cosas como “mujeres solas yéndose a la playa, a ellas las violan” y tenía razón porque si nos pasa, podemos ser objeto de violencia sexual porque nuestros cuerpos parecen ser objetos. Pero yo veía mucho que mi hermano podía llegar borracho a la casa y no había problema, pero una mujer borracha o pasada de copas era malo, o en tareas muy estereotipadas cómo recoger la mesa, limpiar, sacar la basura, mucho de lo que muchas mujeres vimos en nuestras casas cuando conversamos con nuestras amigas y de cómo era esa socialización de ser mujer. Por otro lado, yo me quejaba, cuando empecé a ser más consciente de esta diferencia conmigo y con mi hermano. 

 


En la universidad lo vi mucho, comenzando por esa preferencia que tenía un profesor con un hombre pero no con una mujer, y luego cuando emigre me conecté con mujeres maravillosas, incluso donde hice la maestría fue una universidad fundada por mujeres: American University The Washington College of Law. Yo comencé a aprender y a desaprender, y mi perspectiva del mundo se abrió, empecé a aprender muchas cosas que tenía en mi mente, pero no era consciente, como todo, cuando nos ponemos a esos lentes morados y empezamos a ver ese mundo desigual. Yo me asumí feminista fue en Washington, haciendo la maestría, anteriormente mucha gente me veía como la estricta, la peleona, como era delegada del curso era la “dictatorial”, de hecho, a mí me decían “Maco Pérez Jiménez”, obvio que un hombre asumiendo ese rol con liderazgo no le decían nada. Entonces, yo siempre he chocado mucho con mi forma de ser porque no era la típica mujer calladita que no opinaba, yo hablaba y comentaba y eso chocaba mucho.

 

Incluso una vez con el novio de una amiga, yo le estaba contando que me iba a estudiar, a hacer la maestría, siempre fue ambiciosa, entonces obviamente la ambición siempre está mal vista en mujeres, me dice este chamo “entonces tú no estás esperando que un hombre te venga a salvar?”. Y yo le dije a salvar de ¿dónde? ¿de qué me va a salvar? ¿por qué necesito que alguien me salve? Yo chocaba con eso en Venezuela, siempre fui una mujer independiente y eso obviamente chocaba con la cultura.

Abogada, defensora de los derechos humanos, profesora, fundadora de Venezolanas globales, son algunos de los roles que cumples en tu día a día. Sin embargo, ellos dependen de tu identidad como mujer. ¿Quién es María Corina?


Hoy en día estoy muy cruzada por el hecho de ser mujer y migrante. Eso a mí me marca mucho, me siento profundamente mujer, y me veo muy marcada por el hecho de serlo y las desigualdades que afrontamos nosotras las mujeres en la sociedad. Luego de ser migrante, eso me marcó en muchos sentidos. Estoy orgullosa de ser migrante porque creo que como mujer y migrante entendemos el mundo de una forma diferente y aportamos muchísimo.

 

Tengo un sentido de responsabilidad muy fuerte, soy obsesiva con esto de cumplir y sé que a veces no está tan bien estresarnos por cosas que no están listas o no están para ya, si te digo que lo voy a hacer lo voy a hacer así sea tarde, soy responsable en ese sentido.

 

Soy muy de vamos a hacer esto, bueno vamos a ver cómo lo hacemos y eso hay que hacerlo no soy de ideas, incluso si hay ideas que parecen que no son viables lo reconozco. Soy de esas que te dice cómo vamos a hacer esa idea, paso 1, paso 2 paso 3, soy muy Doer (alguien que hace que las cosas pasen) y a veces también puede ser un arma de doble filo porque es canson.

 


Soy mujer, soy migrante, soy venezolana y, a dónde voy, lo que hago, lo que digo, siento una profunda responsabilidad de representar bien a mi país Venezuela. , Ahora que estamos pasando una situación muy compleja creo que nosotras debemos transformar la imagen de Venezuela y exponer que Venezuela tiene mujeres maravillosas, poner en alto a nuestro país con mucho orgullo.

 ¿Cómo crees que tu proceso como migrante ha influido en  esa definición de ti. ¿Qué has aprendido de María Corina en cada uno de esos países en donde has estado?

 

Yo creo que hay un antes y un después para mí, un cambio profundo en la María Corina que estaba en Venezuela y la María Corina que soy hoy en día. Primero porque desmitifique millones de ideas preconcebidas de millones de aspectos, no sólo del género, de cultura, de religión. Me abrí al mundo y comencé a ser una verdadera mujer global.


Yo nací en Caracas, estudié en un colegio católico, fui a la universidad, como que hice todo eso que “todo el mundo tiene que hacer” y después el paso siguiente era casarse y tener hijos. Me di cuenta que la vida no es sólo eso, sino descubrir qué quieres. Por otro lado, a mí me encanta conversar con gente que es distinta a mí, que me aporta, que me enseñe cosas diferentes. Por ejemplo, tuve una gran amiga de Namibia que vivía la violencia en Estados Unido de una forma diferente porque era mujer negra, entonces ella me contaba cuáles eran sus experiencias, yo por ser mujer blanca pasaba como una gringa. Comencé a reflexionar sobre el acoso, recuerdo que estaba en Estados Unidos donde nadie me miraba en la calle, pero luego hice un viaje a Colombia Cartagena y me di cuenta de la forma en cómo los hombres me miraban, y cuando una reflexiona que Venezuela estamos tan acostumbradas al acoso callejero y cuando no tenemos ese momento en donde salimos y volvemos a entrar al entorno no nos damos cuenta de lo fuerte que es. 


Acá México, es muy recurrente caminar por la calle y que un hombre te mire, te diga cosas, para mí eso fue un proceso de aprendizaje de como culturalmente somos diferentes, que tenemos cosas distintas; yo me abrí al mundo. Yo fui criada católica  pero no soy practicante de hecho, yo no me casé por la iglesia, porque también empecé a vivir desde lo que yo creo y desde lo que yo vibro. Me convertí en una persona que juzga menos, cuando miramos y empezamos a entender un mundo tan distinto al nuestro, al mirar nos damos cuenta que esas reglas de lo que nos dijeron “debía ser” no existen, qué podemos hacer lo que queramos y que el mundo es nuestro y que tenemos muchas más oportunidades de las que creíamos tener en nuestro país.

En esos momentos no tan lindos de la vida ¿Cuáles habilidades y/o recursos te han permitido superarlos?


Me meto en la cama a ver Netflix,  yo me olvidó en esos días, lloro si tengo que llorar, grito si tengo que gritar. Soy una persona que conecta mucho con sus sentimientos entonces si yo estoy en un día donde hay una mala noticia, no quede en el trabajo que quería o no me dieron el puesto, yo me dejo sentir, me dejó vibrar un día o , dos días y después tú me ves como si nada. 


Ahorita me pasó, yo estaba próxima a migrar y por el COVID no pude, yo le decía a una amiga que me estuvo acompañando en el proceso de: “No, yo me voy porque yo soy muy de yo lo voy a lograr, claro que sí y se puede”. Finalmente tuve que mover mi plan al otro año y fue duro, tuve mis días tristes, pero está amiga me vio unos días después y me dice: “más o menos” porque me veía muy bien, como si nada. Pero eso fue porque me permití sentir, luego de mis días de duelo. Creo que está bien sentir, está bien echarse en una cama 6 horas y ver una serie que sea ligera y luego a los 2 días como que se nos pasa.Si no nos dejamos sentir, si no dejamos que eso que sentimos, que está súper bien porque somos personas, si no conectamos con eso, vamos a vivir una perpetua frustración con ese recuerdo o momento y vamos a seguir fingiendo. Hay que curarse para poder seguir.

Para ir finalizando, en mi trabajo de Stalker jajaja he visto que tienes mucho interés por conocer sitios nuevos y leer libros. ¿tomas ese espacio como parte de tu autocuidado? ¿Qué estrategias, actividades, herramientas usas para auto cuidarte?


Yo escuché a Yogagirl, ella hablaba sobre el autocuidado y la percepción que hay de que autocuidado es ir hacerte las manos, pintarte el cabello, cortártelo y cosa que, está bien, pero creo que el autocuidado es mucho más allá de eso, mucho más allá de tomarte un vino o ver una serie en Netflix, el autocuidado creo que es diario y yo no es que soy la mejor o perfecta. Por ejemplo, estoy haciendo un esfuerzo enorme por no entrar a WhatsApp al despertarme. Yo creo que es importante empezar a trabajar en nosotras mismas para poder dar. Yo que conectó mucho con la gente soy empática pero también eso me drena y me consume. Por ejemplo, a mí me encanta viajar y me ha costado mucho en esta cuarentena, me encanta meterme en los rincones más rincones, a mí me parece todo una experiencia saber cómo vive la gente, ir a un supermercado, ver que comen, que consumen, que hay otra vida diferente a mí. Leer también ha sido para mí, al menos durante esta cuarentena, una cura porque te teletransporta a un espacio, te permite soñar. Leer te permite soñar. Generar esa relación de constancia con la lectura, yo pasé mucho tiempo sin leer literatura y ahora los estoy convirtiendo en algo constante ; También una vez a la semana me hago  una rutina de mascarillas faciales, usó lavanda, me gustan esos olores, tengo mi momento de meditación, una vez a la semana, no digo que meditó todos los días, no voy a mentir. Hacer ejercicio es otra actividad donde una puede sentir el antes y el después, lo que sea que te guste, es muy importante moverse. 

Ahora sí, para cerrar la entrevista con más amor y no podía dejarla por fuera. Cuéntame de patilla ¿Cómo llego a tu vida y que te ha enseñado?

 

En México, hay un parque donde se coloca una fundación de perritos, ese día estaba Patilla con otro perrito y la sacamos a pasear, y a mí me pareció ella como muy auténtica, le dimos un paseo, hacía caso, se daba cuenta de que yo estaba allí y cuando la deje ella sube sus patitas a mis piernas y me mira con cara de “adoptame” y dije “ella es”, yo sentí una conexión con ella, fue una escena de película y mi esposo del otro lado de la esquina: bueno nos vamos, nos vamos.  Al día siguiente fuimos y vimos otros perritos y yo sentía que la estaba traicionando y a la semana la adoptamos y le pusimos Patilla porque yo quería un Gender Neutral Name (nombre de género neutro) incluso a ella en la calle no saben si es hombre o mujer porque tú le dices Patilla y aquí en México dicen es sandía y no saben qué es la patilla, la fruta. 

 

¿Qué aprendizaje? Pues realmente tienes que cuidar a otro ser y eso te genera responsabilidad; es la primera vez que tengo como que cuidar a otro ser que no sea yo. Es muy bonito, tener a Patilla, yo antes llegaba de la oficina estresada llorando y como que la veía a ella y sentía que todo iba a estar bien, me ayudó muchísimo.  Ya tengo un año y medio con ella, que llegó en abril del 2018, a veces los seres humanos no creemos que los animales se comunican, pero ellos tienen su propia forma de comunicarse

 

Gracias María Corina por el tiempo que dedicaste a esta entrevista, recordándoles que en mi Instagram persona @AponteCichelle está en formato video

y acá les dejo su:



Gracias maco, por ser una #ReinaAlfa


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MUSA

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Una de las cuentas que màs me inspiran en cuanto a psicologia femenina, pasen por alli y llenese de amor.